No me cuesta admitir que una de las grandes sorpresas del
festival Night Visions: Maximun Halloween 3012 no solamente fue encontrarme con
“viejos conocidos” del cine de género tales como The Cabal Cut, versión íntegra
de la película Nightbreed, The Shining -cuando a Stanley Kubrick y Jack
Nicholson les dio por provocarnos las peores pesadillas- o la no menos
imprescindible Shogun Assassin, responsable directa de que muchos actores y
actrices occidentales empuñaran, no se sabe ni cómo ni por qué, una katana. La
mayor sorpresa de esta edición del festival de cine de terror finlandés fue
encontrarme con una sección dedicada al cine de género producido en nuestro país.
Y digo sorpresa, porque lo que ahora se ve en las pantallas
poco tiene que ver con lo que ocurría décadas atrás, en unos años en donde todo
el peso del cine de género español recaía sobre las espaldas unos pocos, tales como Paul
Naschy, alias Jacinto Molina.
Molina, junto a Jesús Franco o Joaquín Romero Marchent; es
decir, otros entusiastas de todo lo que tuviera que ver con el terror, el
suspense, los mitos y la leyendas desafiaron la estrecha, caduca y pueblerina
mentalidad de la España franquista, apegada a los milagros eclesiásticos, pero
ciega ante las influencias del mismo imaginario de mitos y leyendas de nuestro
país.
De alguna u otra forma, las restricciones presupuestarias y
propias de la censura sólo ayudaron a que estos creadores se inventaran modos y
maneras de llegar al público, un empeño que se vio premiado en muchas ocasiones
con la creación de pequeñas obras de artes que el tiempo ha colocado en el
lugar que se merecen.
Imagino que por esta misma razón dos de las películas que
conformaban el ciclo de cine español, el cual giraba sobre el epígrafe “Viva
España”, fueran La Noche de Walpurgis, título capital en la filmografía de
Jacinto Molina, y Condenados a vivir, película de Joaquín Romero Marchent que
todavía no goza del conocimiento que debería por parte de los aficionados al
buen cine de género.
Tras estos dos grandes clásicos -y volver a disfrutar de la
tragedia vital del atormentado Waldemar Daninsky- tocaba el trabajo de las
nuevas generaciones de directores de cine de género español, entre los que
destacan Juan Martínez Moreno, Jaume Balagueró y Paco Plaza.
El primero presentó Lobos de Arga, disparatada y genial
película de licántropos ambientada en la siempre misteriosa Galicia, con un
reparto formado por Mabel Rivera, Carlos Areces y el genial Manuel Manquiña.
Lobos de Arga tiene la virtud de no tomarse muy en serio y eso se nota mientras
uno disfruta con su narración. Los efectos están bien resueltos, así como la
ambientación y sus situaciones… pues eso, entre lo esperpéntico, lo terrorífico
y lo delirante.
Mientras duermes, dirigida por Jaume Balagueró y con Luis
Tosar de intérprete absoluto, pone sobre la mesa el problema de discernir
cuáles son los monstruos reales y cuáles son producto de nuestra imaginación.
La total indefensión que deberá soportar Clara (Marta Etura) a manos del
demente César, el portero de su edificio que utiliza un sinfín de artimañas
para vulnerar la intimidad de la joven, acaban por poner los pelos de punta a
un espectador que puede llegar a pensar que eso mismo le puede estar pasando a
él y ni siquiera se ha enterado.
Puede que Balaguero estire en demasía la situación, algo que
hace que la atmosfera lograda hasta ese instante se resienta, aunque, el daño
en la mente del espectador, a esas alturas, ya será un hecho.
La tercera en discordia y sin duda la que mejor representa
el espíritu que se esconde detrás de un festival como Night Visions es Rec3,
precuela de las no menos aclamadas Rec1 y Rec2.
En esta ocasión, una disfuncional y castiza boda española
será el escenario perfecto para que las criaturas creadas por las enfermas
mentes de Jaume Balegueró y Paco Plaza, hace ya unos añitos, campen por sus
respetes y acaben con la ñoñería y la cursilería que rodea a este tipo de
eventos. Tampoco se escapan quienes pretenden emular a Jean Renoir durante la
grabación de un video para una boda, ni los líos familiares, ni el macho
hispánico poniendo su pica en Flandes sin conquistar, ni las tiranteces, dobles
verdades, mentiras sin tapujos y todo lo que quieran añadir.
Eso sí, impagables son las escenas del novio, Koldo (Diego
Martín), emulando al mitológico San Jorge y la novia, Leticia Dolera, en plena
faena, sierra mecánica en ristre, contra los contagiados que pretenden
apartarle de su amor.
Rec 3 es una película, divertida, a veces muy gamberra, pero
muy bien hecha y con una idea bastante clara de lo que se quería contar. Su
director no pierde nunca el ritmo del rodaje y sus actores tratan de responder
lo mejor que pueden a una película de este estilo, aunque queda claro que
Leticia Dolera disfrutó mucho más con su interpretación modelo novia del
icónico “Cara de cuero” que lo hiciera Diego Martín, dando la réplica al
perseverante y resolutivo San Jorge, en su pugna contra el dragón.
Sea como fuere, Rec3 y el resto de películas presentadas,
incluyendo Torrente 4 -la cual no es cine de género, pero sí un auténtico
esperpento cinematográfico, además de una sensacional radiografía de nuestro
país- dejan bien a las claras que YA sí se puede hacer buen cine de género en
nuestras fronteras, sin perder los modos y las maneras intrínsecas del carácter
español.
Cierto es que hay situaciones que difícilmente podrán ser
entendibles fuera del entorno socio-cultural de cada país, pero está claro que
la novia vengadora de Rec3 es extrapolable a cualquier latitud, no importa el
idioma, la sociedad o la ideología reinante.
Y como apunte baste con señalar que la mayoría de las
proyecciones del ciclo se saldaron con un rotundo lleno, circunstancia que, por
lo general, no se suele producir en los cines españoles, cada vez más desiertos
por mucho que algunos nos empeñemos en lograr que eso no sea así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario